lunes, 20 de agosto de 2007

Charla entre la Razón y el Corazón

¿Y si en realidad el tiempo no lo pudiese todo? Si no fuese tan cierto que las cosas con el pasar de los días se van olvidando... o las heridas no se van cerrando, ¿cuántas cosas cambiarían?
Sin embargo, un buen día, quizá el menos pensado, todo el castillo que creías tan sólido comienza a temblar, porque te encontrarás de nuevo cara a cara con el dolor, con ese sentimiento tan helado y tan dormido del que ya casi ni te acordabas, y que, muy a pesar de todo, sigue ahí, y comienza a despertarse con todas las fuerzas acumuladas por el tiempo en que estuvo inactivo y quiere salir, quiere gritar que está vivo y que va a dar pelea, y es ahí cuando tu corazón se rebela, y quiere demostrar lo que en realidad siente, eso que tu cabeza le hizo guardar. Y es ahí cuando comienza una terrible guerra entre la RAZÓN y el SENTIMIENTO, y quién sabe qué es lo que realmente vale más, porque la RAZÓN piensa:
"¡Otra vez no! ¿O acaso no te acuerdas el tiempo que te costó volver a ponerte en pie? ¿O no te acuerdas de esas noches sin dormir, de esos desvelos y angustias, de tus días vacíos, de tus noches sin estrellas?
¿Quieres realmente volver a vivir todo eso, o ahora que ya estás de pie... no sería mejor que anduvieras por otros caminos?
Porque, sinceramente, amores no te faltan, tienes la capacidad de enamorar a quien quieras, y te vas a hacer problema por un hombre/una mujer que, en realidad, no sabes si te quiere, no sabes si te engaña...
¡Piensa!, ¡no te equivoques!
Una vez creíste tocar el cielo con las manos y en un instante descendiste al más profundo de los infiernos. ¿Crees que vale la pena?
Haz lo que te digo, no existen los amores eternos, y seguramente todo eso lo único que te va a hacer es ilusionarte y volverte a lastimar."
Y se hace un silencio eterno...
El CORAZÓN, aturdido por las palabras de la RAZÓN, se queda sin aliento, pero después de un rato de pensar, donde la RAZÓN ya creía tener ganada la partida, el CORAZÓN replica:
"No sé si tus palabras son del todo ciertas, pero sí sé que no son tampoco del todo equivocadas. No es lo mismo pensar que sentir, no es lo mismo razonar que hacer las cosas impulsivamente... Porque los que piensan son aquellos que nunca se arriesgan, y pobre de aquel que no esté dispuesto una vez en su vida a perderlo todo por la persona que ama; pobre de aquel que no está dispuesto a olvidar, porque nunca será perdonado; pobre de aquel que es tan ciego y vacío, que no es capaz de dejar de lado todas las trivialidades de la vida por amor...
Pobre de quien teniendo en frente el amor de su vida, no es capaz de quitarse la careta y sentir... Porque el amor no sólo es alegría, no sólo es paz y ternura. El amor es también dolor y lágrimas, es angustia y desvelo, es muchas cosas, pero bueno... la verdad es que no sé qué pesa más, si la RAZÓN o el SENTIMIENTO...

Lo que si sé es que si uno no siente se transforma simplemente en una roca, una cosa que no es capaz de demostrar cariño y confianza: un cuerpo sin alma.
Por eso creo que uno debe jugarse por lo que siente... Le puede salir bien o mal, puede equivocarse o vivir el resto de su vida con la persona que ama... Lo que sí es cierto es que jamás perdonaría a alguien que, por rencor o desconsuelo, no sea capaz de tomar a la persona que ama y gritarle a todo el mundo que por ella daría la vida...

Y, por último, otra cosa que tengo bien clara, es que el que se enamora soy yo, y el amor se siente con el CORAZÓN, no con la CABEZA."
Se hizo el silencio... y, sin mediar palabra, el CORAZÓN decidió tomar el camino correcto... y fue tras el Amor.

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