sábado, 25 de agosto de 2007

Tiempo perdido

Es aquel en el cual no nos entusiasma ya nada,
Ni disfrutamos tampoco de nada, ni amamos a nadie.
¿Tiempo perdido?
Aquél en el cual cruzamos por un lugar o un momento,
Sin tener plenamente conciencia de ello por estar
Siempre añorando al otro tiempo: al ya muerto,
O preocupándonos por aquél que aún no ha nacido.
¿Tiempo perdido?
Aquél en el cual no se aprende ya nada
Ni damos nada, ni esperamos nada de nadie;
aquél que construimos con mil esperanzas amortajadas
O tan sólo un intento fallido.
¿Tiempo perdido?
Aquél en el cual nos culpamos de todo, odiamos a todos
Y sufrimos de todo, permitiendo que un miedo tonto
O un abrupto enojo nos convierta en un individuo vencido.
¿Tiempo perdido?
Aquél que, de repente y sin darnos cuenta,
Ya se ha ido por guardar avariciosamente
Una espontánea sonrisa, un dulce "te quiero",
Un esperado perdón o un olvido.
¿Tiempo perdido?
Aquél en el cual decidimos guardar tras un viejo armario
El respeto a los demás o a nosotros mismos y en el que,
además, cínicamente gritamos: "¡que bien a mí me ha ido!"
¿Tiempo perdido?
Aquél que se aparece en el umbral de nuestra muerte
Y al cual le echamos la culpa de todo lo que fallamos
O de la mala suerte, en vez de reconocer que a Dios
Lo pusimos siempre de lado y en un lugar escondido.
¿Tiempo perdido?
Aquél que, tú y yo, permitamos que siga fluyendo
Sin mayor conciencia, amor o esfuerzo,
Evitando de esa forma que nuestro ser pueda
Al cien por ciento vivirlo

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