martes, 4 de septiembre de 2007

Un mundo mejor

Qué distinto sería todo, si fuéramos valorados, por lo que somos, y no por lo que tenemos.
Aceptemos que todo lo material se acaba, mientras que los sentimientos perduran, se acaba la belleza y también el poder, pero los buenos sentimientos nunca morirán.
La capacidad de un sentimiento, el rítmico latir de un sincero corazón, una mirada limpia que refleja el alma, nada de eso con lo material tiene comparación.
Aprendamos a mirar a las personas por dentro, admiremos lo que todas ellas son capaz de transmitir, y hagamos a un lado todas esas cosas que son vanas, porque sólo así tendremos un mundo mejor donde vivir.

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